Para el verano del 82, yo con 16 años era un alumno de academia en Wilson del turno de mañana, después de la 1pm ya el estómago apretaba y había que volar a casa para el almuerzo, caminaba por el lado izquierdo del Centro Cívico rumbo al Pque. Universitario para chapar mi Ómibus (la 108), cuando un adulto base cinco se paró delante mío, estiró su mano y con una gran sonrisa me dijo, "ese estudiante, como le va", me paré en seco y devolví el saludo con un apretón de manos, por alguna razón asocié a dicho señor con un profesor de la academia, "bien profe, vamos bien" le dije con entusiasmo, en reciprocidad de su ánimo (en lo personal tengo buena vibra para los profesores, maestros, etc., el recuerdo de los que tuve, se prolonga hacia todos aquellos que desarrollan esa noble labor; con los reparos que tengo hacia la dirigencia del SUTEP por siaca), la cosa que "el profe" entre otras cosas me comentaba que estaba preparando actividades deportivas para el fin de semana que involucraba todos los alumnos de la zona, anotándome incondicionalmente para participar en apoyo de la academia; cuando la charla había entrado en confianza por parte de ambos, "el profe" me dijo "oye, que tienes que hacer más tarde", en mi casa respondí, "mira, tengo un amigo que necesita chicos para modelar ropa, aquí cerca, detrás del Palacio de Justicia, que te parece si vamos a verlo", ¿ropa?, ¿pero qué ropa, polos, camisas, jeans? le pregunté interesado en el asunto, "sí, de todo hay, aunque tú mejor estás para ropa interior" me dijo mientras me apretaba el hombro; en ese momento pese al calor que hacia me entró un frio en el cuerpo y peor aún vi en los ojos del "profe" mi bragueta; "profe, la verdad que en mi casa me está esperando mi costilla, creo que lo dejamos para otro día, deme su teléfono y yo lo llamo" "no compadre, no seas tonto, te vamos a regalar buena ropa" insistió el tío algo ansioso, "bueno, me busca en la academia tons, nos vemos, me gana la hora, gracias profe" y ¡jua! Hice una quimba y seguí mi camino refunfuñando hasta mi casa.
Ocho años más tarde, trabajaba en un Bar en Miraflores (costado del Suche), mi chamba era estar atento de manera discreta al ingreso de las personas a dicho local entre las 10 pm. sin hora de salida los jueves,. viernes y sábado; la consigna era clara, NO CHOLOS, NO NEGROS, NO PUTAS; el local no era grande, calculo unos 40 mts. cuadrados, mesitas, barra, luz amarilla bajita, ambiente de Taberna Alemana, música en vivo, buen surtido de bebidas y precios del carajo, carísimos; el detalle era la clientela, mujeres mayormente profesionales, algunas amas de casa, otras dedicadas al arte, empleadas de nivel de la zona, todas muy elegantes, distinguidas, sin ningún asomo de apremios económicos, pero con una necesidad notoria de charlar, compartir una bebida en fin "hacer amistades"; los varones por lo general eran turistas de los hoteles cercanos, empresarios, artistas, periodistas, músicos y uno que otro "bohemio ficho", que buscaba lo mismo y "alguito más".
El 2004 trabajaba uniformado en el Metro de Jesús María de la Av. Garzón, estaba en una de las puertas laterales cuando entró un pata bien vestido con maletín de visitador médico, me saludó amablemente e ingresó al Area de farmacia, luego de unos minutos sonriente se me acercó a darme la mano y me dijo entre muchas cosas "Jefe, que tal, como va el trabajo, mi cuñado es Comandante en el norte", seguimos intercambiando comentarios sobre el clima, el trabajo, en fin; ya pasado unos minutos me dijo "Jefe, le voy a traer unas vitaminas que tengo, le van a servir de mucho" "bien amigo, se le agradece" y le di la mano ya despidiéndonos, cuando sin soltarme la mano me dijo "Jefe, a que hora sale Ud.", ta´ mare dije, otra vez vi mi bragueta en los ojos del pata; "a eso de las 11 más o menos", "ah ya, bacán, a esa hora estoy pasando por aqui para tomarnos unas chelas", "uy compadre, no se va a poder, tengo que recoger a mi señora por Salaverry, trabaja en el Internet de mi hermano, pa otra vez será", "pero Jefe ¿y el sábado?", "na, el sábado me levanto una cajera de aqui del Metro"; "ah buena, buena, pero Jefecito, hay que darse tiempo para los amigos", "si pues, para la próxima". ¡Que suerte la mía!
El 2006 me encontraba en la Playa de estacionamiento del Metro Aramburú, observaba el ingreso y salida de los vehículos que eran acechados por los choritos de la zona, cuando pasó por mi delante el "visitador médico" "Jefe, como está, que ha sido de su vida", hola pata, que te cuentas, repartiendo tus productos seguro", "si jefe, usted sabe, el trabajo, jefe ¿ahora si nos tomamos las chelas?", "nada compadre, igual tengo que irme a Salaverry", "pero dese un tiempito pues, yo le voy a invitar", "no es por eso amigo, si no que no hay tiempo, en verdad, gracias de todas maneras" y se fue por donde vino.
En Abril 2008, estaba en la parte posterior de Metro de Los Olivos en la Panamericana Norte, cuando jajajaja, nuevamente pasa delante mío "el visitador" y me dice "oiga maestro, usted está por todo Lima", jajajaja, "usted también va por todos lados" le dije, "Jefe, ¿como está su señora?" me dijo en tono sarcástico sin dejar de caminar; "ya no trabaja en Salaverry" - le dije , pucha que el pata paró en seco y cuando iba a regresar hacia mi ubicación proseguí, "ahora está aqui trabajando, en este Metro" jajajaja; el pata me miró como diciéndo "tú ganas", se despidio levantando la mano y se fue. Jajajaja, ¡Ay Dios, ampárame!.